30/3/17

Río Negro hace lo peor que puede con el langostino

Hace siete meses que San Antonio Oeste huele mal por la quema de los desechos del crustáceo, pero lo peor es que en gran parte se trata de ejemplares enteros que llegan a puerto en mal estado por la avaricia, la falta de controles y la mirada cómplice de la autoridad que lo permite.El Golfo San Matías dio sustento durante muchos años a un importante número de familias en San Antonio Oeste con la explotación de la merluza hubbsi; allí llegaron barcos y empresarios para instalar plantas de procesamiento, pero la falta de manejo hizo que se terminara con la merluza y todo junto con ella se derrumbara. Luego los moluscos bivalvos dieron una segunda oportunidad, pero otra vez la falta de manejo terminó con el Golfo seco: ni mejillones quedaron. Ahora y desde hace dos años hay abundancia de langostino; pero lamentablemente las postales que regala, con camiones cargados de ejemplares enteros listos para ser tirados a la basura, remite directamente a lo que ha ocurrido en el pasado. Otra vez la falta de controles y de manejo pesquero pone en juego no solo el recurso sino el desarrollo de una industria que muy bien le vendría a la población sanantoniense. Otra vez barcos sin permiso que llegan desde Mar del Plata y Rawson a pescar sin control y la autoridad de aplicación, que es la misma desde hace 25 años, escribe un nuevo capítulo en su historia de fracasos como administrador pesquero.
La foto que recibió REVISTA PUERTO muestra un camión volquete cargado de langostino entero de buen tamaño, probablemente L1 o L2, cuyo precio promedio de exportación es superior a 6.000 dólares la tonelada, que está listo para ser arrojado en un campo de San Antonio Oeste.
Ese predio, que ayer casualmente fue fotografiado por un medio local y denunciado por un concejal, lleva meses recibiendo desperdicios de la pesca, hecho que para los lugareños no es novedad. Lo que no todos sabían es que no se trata solo de desechos sino de langostino entero que llega a puerto en mal estado o se pudre en planta, porque no hay capacidad para procesarlo ni cadena de frío.
Luego de varios días sin hielo en un barco o todo el día bajo el sol, el langostino se descompone antes de llegar a puerto. En el San Matías no se cumplen las medidas de manejo en cuanto a tiempo de arrastre o kilos por cajón, como así tampoco con normas básicas como la prohibición de pescar de noche; y las consecuencias del desmanejo están a la vista.
Esto está ocurriendo desde hace siete meses, según declararon los camioneros al medio local informativohoy.com, que mostró ayer las fotos del basural con los restos de la quema. Si hace siete meses que no solo se están arrojando desechos sino también langostino entero en ese basural, la gravedad del perjuicio sobre el recurso ha de ser muy superior a la contaminación ambiental que genera la quema de residuos húmedos.
Las fuentes consultadas aseguran que “se está priorizando la cantidad a la calidad, hay descarte en las plantas porque el langostino llega en un estado lamentable” y aseguran que “el único control que existe es el de SENASA que decomisa el producto; y es el decomiso, como pérdida económica, la única sanción para el empresario o pescador”.
Existen medidas de manejo para la pesquería pero no hay control, con lo cual ninguna medida es aplicada. La Policía de Pesca provincial, que ocupa el rol de inspección, no controla en muelle las descargas. En teoría deberían ser quienes lleven un registro de buques, de las artes de pesca y finalmente de la descarga; pero solo reciben en la oficina de la delegación los partes confeccionados por los armadores, sin verificar en ningún caso nada de lo que ocurre.
El propio Jorge Bridi, subsecretario de Pesca de la provincia, lo reconoció: “La fiscalización es uno de los problemas más serios que tenemos”. Bridi ha dirigido la Pesca provincial, desde diferentes cargos, durante los últimos 25 años. En todo este tiempo nunca aplicó siquiera un parte único de pesca; recién semanas atrás convocó a las autoridades nacionales en la materia para que los ayuden.
Los artesanales son los mayores defensores del recurso, dado que son los más perjudicados en esta historia. El año pasado se opusieron al ingreso de más barcos al Golfo y exigieron la renuncia de Bridi. Pero solo lograron correr del centro al funcionario por unas horas, dado que él sigue ahí, los barcos siguieron llegando al puerto y la zona exclusiva para la pesca artesanal que habían conseguido, hoy es arrasada por los barcos grandes que sin control pescan por la noche.
Algunos barcos de los que están operando en el Golfo San Matías tienen orden de desguace y han logrado permiso de pesca provincial. El Viernes Santo, por ejemplo, no tiene permiso de pesca pero opera con autorizaciones provinciales y como si fuera poco, a pesar de haber sido un congelador tangonero hoy opera pintado de amarillo, al igual que el Columbus, simulando pertenecer a la flota costera para hacer uso de los beneficios de acceso a zonas para ellos vedadas. Incluso hasta se habrían valido de excepciones de la Ley para operar en zonas a las que solo tienen acceso los artesanales.
Los estudios sobre la pesquería de langostino en el Golfo San Matías recién comienzan; hubo hace casi dos años un estudio previo, con los incombustibles Maite Narvarte y Raúl González al frente del proyecto. Pero ese tiempo se perdió, dado que ambos abandonaron el programa y se llevaron el plan de explotación cuando la Provincia no les aceptó un presupuesto extra al sueldo nada despreciable que Río Negro les paga desde hace décadas.
La propuesta que realizaron los investigadores del CONICET fue rechazada por la Provincia y se convocó a un grupo de investigadores que no están formados en el tema pero que intentan, con ayuda del INIDEP, determinar la distribución espacial del langostino en el Golfo. Ya han comprobado que está desovando en el interior, pero todavía queda mucho por recorrer. El tema es si el manejo pesquero les permitirá avanzar antes de que liquiden el recurso.
La postal que regala el puerto de San Antonio Oeste genera bronca y tristeza. El Golfo San Matías hoy es una fuente generadora de langostino que podría dar trabajo y bienestar a buena parte del pueblo, pero el accionar inescrupuloso de algunos empresarios y la mirada cómplice y negligente de la administración pesquera de siempre lo está desaprovechando.
A nadie extrañaría que pronto se quedaran otra vez sin nada como ya ocurrió en otras épocas con la vieira y la merluza primero y otros moluscos después.
Fuente http://revistapuerto.com.ar

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